miércoles, 6 de agosto de 2008

Lee y calla

Cuando la bala perforó el cráneo tierno del bebé, su llanto inundó la habitación, después… el ansiado silencio.
La Nínfula de Arcángel

1 comentario:

Anónimo dijo...

No mamut, te manchaste, esa esta muy cruel...
Adios loquita...